
El jugador Pitilo, que en la actualidad cuenta 87 años, es, según los datos más fiables que poseemos el jugador bético más antiguo de los que aún viven?. Ángel Domínguez Esteban “Pitilo” A SUS 87 AÑOS ES EL JUGADOR BÉTICO MÁS ANTIGUO QUE AÚN VIVE Subió a Primera División con el Real Betis en la temporada 1941-42 Nuestros datos nos indican que es, de los que aún subsisten, el jugador bético más antiguo de los que se alinearon en partido oficial. Se llama Ángel Domínguez Esteban, su nombre futbolístico responde al de "Pitilo" y a sus 87 años se conserva de forma envidiable tanto en el aspecto mental como físico. Quizá, el único efecto de la edad es su cortedad de memoria, handicap que suplieron en el transcurso de la entrevista su mujer y sus hijos. Asistieron a la charla que con él mantuvimos su esposa, Amparo; tres de sus cuatro hijos, Amparo, Ángela y Juan, —Alejandro, reside en Estados Unidos por motivos profesionales—, y sus nietas Laura y Esther. Todos se confesaron béticos hasta los huesos y manifestaron que seguirán siendo fieles a su equipo pase lo que pase al final de la difícil situación por la que atraviesa. Aquí, el sentimiento verdiblanco predomina en toda su extensión, porque todos son del Betis "manque pierda" y lo seguirán siendo mientras vivan. "Pitilo", que nació en el madrileño barrio de Lavapiés, se afincó en Sevilla en 1941 tras fichar por el Real Betis Balompié. A la altura de sus 87 años, buceando en los recuerdos de sus primeros tiempos de futbolista, el veteranísimo jugador bético recuerda: "Yo comencé a jugar en mi barrio, con mis amigos, y continué haciéndolo en el colegio. Allí me vio jugar Ramón Lafuente, uno de los grandes jugadores de los años treinta del Athletic de Bilbao, quien me llevó al Pavón, equipo madrileño de categoría regional". A no tardar mucho, "Pitilo", extremo diestro de poca talla y peso, pero de enorme rapidez y habilidad, comenzó a destacar con fuerza convirtiéndose, pese a su juventud, en el jugador más sobresaliente de su equipo. “El mismo Lafuente —prosiguió “Pitilo”—, contando yo 20 años, me llevó al Recreativo Onuba, nombre que por los años cuarenta había adoptado el Recreativo de Huelva”. En el equipo onubense, en el que permanecería un par de temporadas, el fino jugador madrileño continuó su incesante proyección futbolística, lo que despertó el interés del equipo bético, que en aquella oportunidad presidía Ramón Pol Carbonell. La directiva heliopolitana, que bajo la dirección de Patrick OcsimpleConnell se afanaba en reunir un buen plantel para la temporada 1941-42, no dudó en ficharlo convirtiéndose en uno de los hombre fijos del equipo que en esa temporada logró recuperar el puesto que dos temporadas antes mantenía en Primera División. Según recuerda “Pitilo”, la prima de fichaje que percibió al firmar por el Betis "fue de siete mil pesetas que, teniendo en cuenta que nos referimos a 1941, era un buen pellizco. De sueldo teníamos 750 pesetas, remuneración que ahora parece ridícula, pero ya se sabe que en el fútbol, con el paso de los años, las cantidades se fueron disparando y en la actualidad se manejan cifras elevadísimas en todos los conceptos". Ángel Domínguez entró con buen pie en el equipo verdiblanco. Al respecto, le recordamos que en el encuentro de presentación jugado con el Granada, equipo de Primera División, se erigió en el jugador más destacado del partido, entusiasmando a la afición con sus rápidas y habilidosas jugadas por la banda derecha. Ahondando en sus recuerdos, "Pitilo" nos dice: "Sí, aquel partido me salió muy bien, por lo que teniendo en cuenta que era el de mi debut en el equipo, valió para granjearme el aprecio de los aficionados”. Tampoco se le olvida que en un partido quisieron sacarlo a hombros del campo: “Me salieron tan bien las cosas que, como si se tratara de un torero, quisieron sacarme a hombros. No recuerdo el partido, aunque sí el hecho, pues, algo así no se olvida”. Gratos recuerdos Al Betis de la temporada 1941-42, que estaba formado entre otros jugadores por Paquillo, Cabeza, Antúnez, Gómez, Coll y Saro, lo entrenaba Patrick OcsimpleConnell, el mismo técnico que proclamó al equipo campeón de Primera División seis años antes. “Pitilo” recuerda de aquel buen equipo: "Era un conjunto magnífico, que se proclamó campeón de las dos fases que se disputaron aquella temporada. La Segunda División estaba formada por tres grupos de diez equipos cada uno, nosotros nos proclamamos campeones del tercero y del de la liguilla de ascenso, formado por los campeones y subcampeones de cada uno los tres grupos de la categoría". De OcsimpleConnell, recuerda "Pitilo" que era "un técnico más bien serio que, aunque cuidaba mucho la preparación física, no nos mataba trabajando. En definitiva, que con él se podía entrenar sin agobios". En cuanto a la rivalidad futbolística que por entonces existía en Sevilla, el histórico jugador bético asegura: "Era mucho menor que ahora. Hoy se vive el fútbol con mucha mayor pasión que antes. Además, los campos son más grandes y acude muchísima más gente que en la época a la que nos referimos, de la que han pasado más de sesenta años". Otro de los recuerdos béticos de Pitilo fue el de una accidentada travesía para jugar en Ceuta, en la que la embravecida mar del Estrecho hizo zozobrar a la embarcación en la que navegaba el equipo, que estuvo a pique de naufragar y dar paso a una tragedia. El oleaje arrasaba toda la cubierta y la embarcación parecía el cascarón de una nuez en medio de la mar embravecida que amenazaba con despedazarlo: "Por fortuna —recuerda aún impresionado nuestro interlocutor— el barco resistió los duros ataques de las olas. No vea lo mal que lo pasamos al creer que de allí no salíamos vivos. Fueron, eso no puedo olvidarlo, unos momentos terribles en los que temimos muy seriamente por nuestras vidas y en los que pasamos mucho miedo". En tratos con el Real Madrid En los mejores momentos de su trayectoria bética, Pitilo llegó incluso a despertar el interés del Real Madrid como publicó un periódico sevillano. Con relación a este asunto, una de sus hijas recuerda que estuvo en la secretaría madridista acompañado por un hermano de su esposa, pero el traspaso no se produjo, como tampoco ocurrió con el Valencia: "Quizá —supone “Pitilo”— porque el Betis pidiera demasiado dinero por el fichaje". Al otrora destacado extremo verdiblanco, que además de bético confiese que es madridista desde pequeño, le habría encantado fichar por el Real Madrid, pero, como él reconoce, no le dolió en exceso no hacerlo: “Así es, porque, en ese caso, la que sería mi esposa ya me había hecho tilín y si me hubiera quedado en Madrid habría significado perderla. Así que seguí en el Betis, me casé y me convertí en un sevillano más. En Sevilla nacieron mis hijos y, salvo los años que permanecí en el fútbol fuera del Betis, los demás todos los pasé en Sevilla". De como “Pitilo” decidió afincarse definitivamente en nuestra ciudad, otra de sus hijas recuerda el anecdótico detalle de la siguiente forma: "Él no se acuerda, pero a nosotros nos contaba siendo pequeños que ante la posibilidad de quedarse en Madrid o venirse a Sevilla, lo echó a cara o cruz y la moneda le indicó que debía seguir en Sevilla". Cambiando de tercio, pasamos a comentar la situación actual del Real Betis Balompié, asegurando "Pitilo" estar confiado de que el equipo verdiblanco conservará la categoría: "Hombre, yo creo que el Betis no descenderá, pues, ganando al Osasuna, estaremos salvados. Así que hay que hacer un gran esfuerzo y afrontar es partido con todos los béticos unidos como una piña. Tenemos que conseguir que el equipo se quede en Primera, porque, aunque no está jugando bien, la mala suerte y los arbitrajes lo han perjudicado demasiado. De todos modos, confío que lograremos mantener nuestro puesto en Primera División". "Pitilo" es otro de los béticos que nunca llegó a pensar que, tras la proclamación del equipo campeón de la Copa del Rey y su clasificación para la Champions League, fuese a venir una época tan mala: "Por mi mente no pasó nunca que así pudiera ocurrir y la verdad es que no me explico lo que está pasando. Todos estábamos de acuerdo en que los jugadores que se ficharon eran muy buenos, pero cuando llegaron aquí no dieron el rendimiento que se esperaba. Yo, la verdad, no los veo tan buenos como se decía, pero así es el fútbol y quien no lo quiera entender de esa forma se equivoca". Ángel Domínguez perteneció al Betis desde la temporada 1941-42 a la 1945-46, por lo que no llegó a vivir como futbolista la época de la Tercera División. De sus cinco temporadas como bético, la 44-45 la jugó cedido en el Recreativo Onuba, el equipo del que llegó al Betis. Al final de la siguiente fichó por el Almería, del que pasó al Emeritense donde terminaría su carrera como jugador. Tras regresar a Sevilla, en la temporada 1953-54, hizo sus pinitos como entrenador dirigiendo a los juveniles y aficionados béticos, pero la dedicación no le sedujo tanto como para dedicarse a ella: “Al comprobar que eso no era lo mío, como me coloqué en un banco, me aparté del fútbol activo y continué como simple aficionado”. Bético, eso sí, al igual que toda su familia como lo demuestra una de las fotos que ilustran la presente entrevista en la que con su esposa, tres de sus hijos y dos de sus nietas, posan con la bandera del Centenario.