jueves, 21 de junio de 2007

miércoles, 20 de junio de 2007

Los colores del BETIS


He decidido dirigiros esta carta abierta para hablaros de un tema del que todos los béticos nos debemos sentir plenamente orgullosos y del que podemos presumir con toda la legitimidad que históricamente nos asiste: el del origen y significado de los colores de nuestro incomparable club. Con los hechos que expondremos a continuación, quedará perfectamente demostrado que el Real Betis Balompié tuvo desde el primer momento de su existencia vocación de andaluz como ningún otro equipo de Andalucía. Así lo demostró adoptando por colores los gloriosos de nuestra enseña, demostrando de esa forma que es y ha sido siempre un equipo precursor en muchos aspectos de su identidad, cualidad en la que nadie pudo igualarle a lo largo de la historia. Es por eso que, en mi condición de bético y andaluz por la gracia de Dios, de la que me enorgullezco por el profundo amor que profeso a mi tierra de nacimiento, he decidido dar a la luz estas líneas preñadas de emoción para explicar, apoyado en la investigación realizada durante diez años para la elaboración de mi “ENCICLOPEDIA DEL REAL BETIS BALOMPIÉ”, los siguientes datos sobre el verdadero origen de los colores representativos del equipo de las trece barras. Llegado a este punto, he de confesar que levanto la voz con mayor fuerza, dolido por observar con amarga decepción, cómo incluso en nuestro entorno no se les explica a los béticos y, en especial a los niños, la exacta y real procedencia y el significado de los colores de nuestro Real Betis Balompié. No entiendo cómo al tratar una cuestión de índole tan importante, se siga anteponiendo, ni tan siquiera equiparando, el color de las camisetas verdiblancas que trajo de Escocia Manuel Ramos Asencio para el Sevilla Balompié, al de la procedencia de los colores adoptados en 1918 ó 1919. El hecho de que el Sevilla Balompié vistió de verdiblanco es cierto, pero como los colores del Real Betis Balompié no tienen ninguna relación histórica con aquellos, se falta a la verdad cuando se pasa de puntillas sobre la verdadera procedencia de los colores representativos de nuestro equipo sin explicarle a los béticos —sin duda, por ignorancia— que éstos provienen de los de la bandera andaluza. En el caso del Sevilla Balompié —el más antiguo antecedente de Real Betis Balompié— hay que aclarar que aquella se trataba de una época en la que los equipos sevillanos cambiaban sin reparo de colores, entre otras razones, porque adquirían los útiles necesarios para jugar al fútbol (equipaciones, botas y balones) a los tripulantes de los barcos ingleses que atracaban en el río Guadalquivir y se veían obligados a comprar lo que éstos traían no lo que, en muchas ocasiones, deseaban adquirir. De hecho, los colores verdiblancos no los perpetuó el Sevilla Balompié, sino que sólo duraron hasta que dicha equipación se deterioró sin que el Real Betis Balompié hiciera uso de ella. Está demostrado que nuestro club, con el nombre de Real Betis Balompié, empezó vistiendo camisetas amarillas y negras (definidas por “Discóbolo” como del tipo “avispa”) muy posiblemente las mismas que, el 3 de marzo de 1914, en un partido jugado contra el Gibraltar, vistió el Betis Foot-Ball Club unos meses antes de que, como es natural, quedaran incluidas en el patrimonio del club tras la fusión. A continuación, nuestro equipo, según se indica en algunas crónicas publicadas, vistió de verde oscuro y verde botella, hasta que volvió a recuperar el primitivo azul del Sevilla Balompié que utilizó durante algunos años hasta que, definitivamente, adoptó como sus colores oficiales los verdiblancos que hasta la actualidad ha venido luciendo. Llegados a este punto del relato hay que destacar un dato crucial en el tema que nos ocupa, que no es otro que en esa oportunidad no se eligieron los colores del Real Betis por un criterio de estética, sino porque eran los de la bandera de Andalucía. Sobre la elección de nuestra bandera y sus colores, puede leerse en la página 359 del primer tomo de la “ENCICLOPEDIA DE ANDALUCÍA” (Sevilla, 1979), lo que sigue: "Será en 1918, en la Asamblea Andalucista celebrada en Ronda, en los salones del Casino de Artistas, donde se determinará definitivamente la bandera de Andalucía, votándose se confeccionara en tres franjas iguales y horizontales, verde, blanca y verde, tal como en la actualidad se conoce. Debemos advertir que los colores allí elegidos corresponden a los primitivos pendones del Califato cordobés y del Imperio Almohade, que el verde no es claro, brillante o vivo, sino oscuro, tipo verde botella o más exactamente “verde omeya”. Los mismos, como puede observarse, de la bandera de nuestro Real Betis Balompié. No es por tanto una casualidad que en las fotografías que se conservan del Real Betis Balompié de 1919, el equipo vista ya de verdiblanco. Repárese también en el modo en que se manifestó el legendario Andrés Aranda en la revista “AHORA”, en el transcurso de un reportaje realizado a los cuatro equipos que habían logrado clasificarse para la final de la Copa de España de 1931. A la pregunta de:¿Qué simbolizan los colores blanco y verde del jersey de ustedes?: ,Aranda respondió sin dudar: "Son los colores de la bandera andaluza y los venimos usando desde que empezamos a jugar". Naturalmente, el bueno de Andrés no estaba al tanto de cuándo se aprobaron los colores de nuestra bandera andaluza. Pero, de lo que sí estaba seguro el admirable jugador bético, era de dónde procedían los colores que el defendía cada domingo sobre el campo con el orgullo y el honor de su condición de bético y andaluz. Por todo lo hasta aquí expuesto, yo os digo béticos de Andalucía, que debemos sentirnos orgullosos de que nuestro club decidiera llevar en su uniforme antes que ningún otro equipo los colores de nuestra hermosa enseña regional. Un hecho que hay que proclamar y difundir desde cualquier foro, medio o publicación que se disponga por tratarse de una seña de identidad que los béticos debemos llevar a gala desde que nos confesamos seguidores de un equipo tan incomparable como el nuestro. No paséis, nunca jamás, de puntillas sobre un aspecto tan importante de la personalidad inigualable de nuestro club, sino pregonadlo por donde quiera que vayáis con toda la fuerza de vuestro corazón. En especial, cuando se trate de instruir en tan importante cuestión a vuestros hijos y a otros niños a los que aleccionéis sobre el carácter sentimental y genético de nuestro Real Betis Balompié. Decidles que nuestro equipo vive y siente en andaluz por ser el genuino representante futbolístico de nuestra tierra. Es innegable que, de 1912 a 1914, el Sevilla Balompié vistió de verdiblanco. Pero en modo alguno se debe olvidar, que aquello fue un hecho circunstancial, porque los colores del club más grande que han visto los siglos son los de la bandera de Andalucía. Así se demuestra observando que el Real Betis Balompié es el paradigma de todo lo andaluz, cualidad que se recoge en la filosofía e idiosincrasia que heredamos los béticos desde el mismo momento en que aceptamos al Real Betis Balompié como nuestro equipo preferido. Esa es la razón por la que el que suscribe, con toda la profundidad de su sentimiento bético y andaluz, llegada la hora de componer un himno dedicado a nuestro club, no dudó en escribir la siguiente letra para su estribillo: Son sus colores seña de identidad el blanco y el verde de su Comunidad, hermosa bandera fiel a un ideal símbolo glorioso de esperanza y paz.

Entrevista al jugador mas antiguo del betis vivo


El jugador Pitilo, que en la actualidad cuenta 87 años, es, según los datos más fiables que poseemos el jugador bético más antiguo de los que aún viven?. Ángel Domínguez Esteban “Pitilo” A SUS 87 AÑOS ES EL JUGADOR BÉTICO MÁS ANTIGUO QUE AÚN VIVE Subió a Primera División con el Real Betis en la temporada 1941-42 Nuestros datos nos indican que es, de los que aún subsisten, el jugador bético más antiguo de los que se alinearon en partido oficial. Se llama Ángel Domínguez Esteban, su nombre futbolístico responde al de "Pitilo" y a sus 87 años se conserva de forma envidiable tanto en el aspecto mental como físico. Quizá, el único efecto de la edad es su cortedad de memoria, handicap que suplieron en el transcurso de la entrevista su mujer y sus hijos. Asistieron a la charla que con él mantuvimos su esposa, Amparo; tres de sus cuatro hijos, Amparo, Ángela y Juan, —Alejandro, reside en Estados Unidos por motivos profesionales—, y sus nietas Laura y Esther. Todos se confesaron béticos hasta los huesos y manifestaron que seguirán siendo fieles a su equipo pase lo que pase al final de la difícil situación por la que atraviesa. Aquí, el sentimiento verdiblanco predomina en toda su extensión, porque todos son del Betis "manque pierda" y lo seguirán siendo mientras vivan. "Pitilo", que nació en el madrileño barrio de Lavapiés, se afincó en Sevilla en 1941 tras fichar por el Real Betis Balompié. A la altura de sus 87 años, buceando en los recuerdos de sus primeros tiempos de futbolista, el veteranísimo jugador bético recuerda: "Yo comencé a jugar en mi barrio, con mis amigos, y continué haciéndolo en el colegio. Allí me vio jugar Ramón Lafuente, uno de los grandes jugadores de los años treinta del Athletic de Bilbao, quien me llevó al Pavón, equipo madrileño de categoría regional". A no tardar mucho, "Pitilo", extremo diestro de poca talla y peso, pero de enorme rapidez y habilidad, comenzó a destacar con fuerza convirtiéndose, pese a su juventud, en el jugador más sobresaliente de su equipo. “El mismo Lafuente —prosiguió “Pitilo”—, contando yo 20 años, me llevó al Recreativo Onuba, nombre que por los años cuarenta había adoptado el Recreativo de Huelva”. En el equipo onubense, en el que permanecería un par de temporadas, el fino jugador madrileño continuó su incesante proyección futbolística, lo que despertó el interés del equipo bético, que en aquella oportunidad presidía Ramón Pol Carbonell. La directiva heliopolitana, que bajo la dirección de Patrick OcsimpleConnell se afanaba en reunir un buen plantel para la temporada 1941-42, no dudó en ficharlo convirtiéndose en uno de los hombre fijos del equipo que en esa temporada logró recuperar el puesto que dos temporadas antes mantenía en Primera División. Según recuerda “Pitilo”, la prima de fichaje que percibió al firmar por el Betis "fue de siete mil pesetas que, teniendo en cuenta que nos referimos a 1941, era un buen pellizco. De sueldo teníamos 750 pesetas, remuneración que ahora parece ridícula, pero ya se sabe que en el fútbol, con el paso de los años, las cantidades se fueron disparando y en la actualidad se manejan cifras elevadísimas en todos los conceptos". Ángel Domínguez entró con buen pie en el equipo verdiblanco. Al respecto, le recordamos que en el encuentro de presentación jugado con el Granada, equipo de Primera División, se erigió en el jugador más destacado del partido, entusiasmando a la afición con sus rápidas y habilidosas jugadas por la banda derecha. Ahondando en sus recuerdos, "Pitilo" nos dice: "Sí, aquel partido me salió muy bien, por lo que teniendo en cuenta que era el de mi debut en el equipo, valió para granjearme el aprecio de los aficionados”. Tampoco se le olvida que en un partido quisieron sacarlo a hombros del campo: “Me salieron tan bien las cosas que, como si se tratara de un torero, quisieron sacarme a hombros. No recuerdo el partido, aunque sí el hecho, pues, algo así no se olvida”. Gratos recuerdos Al Betis de la temporada 1941-42, que estaba formado entre otros jugadores por Paquillo, Cabeza, Antúnez, Gómez, Coll y Saro, lo entrenaba Patrick OcsimpleConnell, el mismo técnico que proclamó al equipo campeón de Primera División seis años antes. “Pitilo” recuerda de aquel buen equipo: "Era un conjunto magnífico, que se proclamó campeón de las dos fases que se disputaron aquella temporada. La Segunda División estaba formada por tres grupos de diez equipos cada uno, nosotros nos proclamamos campeones del tercero y del de la liguilla de ascenso, formado por los campeones y subcampeones de cada uno los tres grupos de la categoría". De OcsimpleConnell, recuerda "Pitilo" que era "un técnico más bien serio que, aunque cuidaba mucho la preparación física, no nos mataba trabajando. En definitiva, que con él se podía entrenar sin agobios". En cuanto a la rivalidad futbolística que por entonces existía en Sevilla, el histórico jugador bético asegura: "Era mucho menor que ahora. Hoy se vive el fútbol con mucha mayor pasión que antes. Además, los campos son más grandes y acude muchísima más gente que en la época a la que nos referimos, de la que han pasado más de sesenta años". Otro de los recuerdos béticos de Pitilo fue el de una accidentada travesía para jugar en Ceuta, en la que la embravecida mar del Estrecho hizo zozobrar a la embarcación en la que navegaba el equipo, que estuvo a pique de naufragar y dar paso a una tragedia. El oleaje arrasaba toda la cubierta y la embarcación parecía el cascarón de una nuez en medio de la mar embravecida que amenazaba con despedazarlo: "Por fortuna —recuerda aún impresionado nuestro interlocutor— el barco resistió los duros ataques de las olas. No vea lo mal que lo pasamos al creer que de allí no salíamos vivos. Fueron, eso no puedo olvidarlo, unos momentos terribles en los que temimos muy seriamente por nuestras vidas y en los que pasamos mucho miedo". En tratos con el Real Madrid En los mejores momentos de su trayectoria bética, Pitilo llegó incluso a despertar el interés del Real Madrid como publicó un periódico sevillano. Con relación a este asunto, una de sus hijas recuerda que estuvo en la secretaría madridista acompañado por un hermano de su esposa, pero el traspaso no se produjo, como tampoco ocurrió con el Valencia: "Quizá —supone “Pitilo”— porque el Betis pidiera demasiado dinero por el fichaje". Al otrora destacado extremo verdiblanco, que además de bético confiese que es madridista desde pequeño, le habría encantado fichar por el Real Madrid, pero, como él reconoce, no le dolió en exceso no hacerlo: “Así es, porque, en ese caso, la que sería mi esposa ya me había hecho tilín y si me hubiera quedado en Madrid habría significado perderla. Así que seguí en el Betis, me casé y me convertí en un sevillano más. En Sevilla nacieron mis hijos y, salvo los años que permanecí en el fútbol fuera del Betis, los demás todos los pasé en Sevilla". De como “Pitilo” decidió afincarse definitivamente en nuestra ciudad, otra de sus hijas recuerda el anecdótico detalle de la siguiente forma: "Él no se acuerda, pero a nosotros nos contaba siendo pequeños que ante la posibilidad de quedarse en Madrid o venirse a Sevilla, lo echó a cara o cruz y la moneda le indicó que debía seguir en Sevilla". Cambiando de tercio, pasamos a comentar la situación actual del Real Betis Balompié, asegurando "Pitilo" estar confiado de que el equipo verdiblanco conservará la categoría: "Hombre, yo creo que el Betis no descenderá, pues, ganando al Osasuna, estaremos salvados. Así que hay que hacer un gran esfuerzo y afrontar es partido con todos los béticos unidos como una piña. Tenemos que conseguir que el equipo se quede en Primera, porque, aunque no está jugando bien, la mala suerte y los arbitrajes lo han perjudicado demasiado. De todos modos, confío que lograremos mantener nuestro puesto en Primera División". "Pitilo" es otro de los béticos que nunca llegó a pensar que, tras la proclamación del equipo campeón de la Copa del Rey y su clasificación para la Champions League, fuese a venir una época tan mala: "Por mi mente no pasó nunca que así pudiera ocurrir y la verdad es que no me explico lo que está pasando. Todos estábamos de acuerdo en que los jugadores que se ficharon eran muy buenos, pero cuando llegaron aquí no dieron el rendimiento que se esperaba. Yo, la verdad, no los veo tan buenos como se decía, pero así es el fútbol y quien no lo quiera entender de esa forma se equivoca". Ángel Domínguez perteneció al Betis desde la temporada 1941-42 a la 1945-46, por lo que no llegó a vivir como futbolista la época de la Tercera División. De sus cinco temporadas como bético, la 44-45 la jugó cedido en el Recreativo Onuba, el equipo del que llegó al Betis. Al final de la siguiente fichó por el Almería, del que pasó al Emeritense donde terminaría su carrera como jugador. Tras regresar a Sevilla, en la temporada 1953-54, hizo sus pinitos como entrenador dirigiendo a los juveniles y aficionados béticos, pero la dedicación no le sedujo tanto como para dedicarse a ella: “Al comprobar que eso no era lo mío, como me coloqué en un banco, me aparté del fútbol activo y continué como simple aficionado”. Bético, eso sí, al igual que toda su familia como lo demuestra una de las fotos que ilustran la presente entrevista en la que con su esposa, tres de sus hijos y dos de sus nietas, posan con la bandera del Centenario.

Real betis balompie en 1907


En los últimos meses de 1907, unos estudiantes que se preparaban para futuros militares y médicos en la Escuela Politécnica de Sevilla, fundaron un equipo de fútbol al que impusieron el nombre de España Balompié. Al poco, considerando que en su nombre debía figurar el de la ciudad, acordaron cambiarlo por el de Sevilla Balompié. Este equipo fue el primero en el fútbol español que llevó un nombre netamente hispano, ya que sus fundadores tradujeron el reiterativo Foot-Ball inglés por el castellanizado foot (pie) y ball (balón) intercambiando el orden de ambos vocablos para la mejor eufonía de la palabra resultante. Figuraban entre los fundadores, personajes que después serían muy conocidos tales como, por ejemplo, los hermanos Del Castillo Ochoa (Alfonso y Juan), Wesolowsky (Jacinto, Edmundo, Guillermo y Pepe), Hermosa (Luís, Pepe, Andrés y Pedro) y Gutiérrez Fernández (José, Manuel y Antonio). A estos se unieron otros como Manolo Ramos Asensio, José Fernández Zúñiga, Juan Cascales, Diego López, Roberto Vicente "El Tigre" (que una década más tarde sería presidente bético), Manuel Moreno y Vicente Peris Mencheta, fundador de "EL NOTICIERO SEVILLANO". Este último, antepasado del destacado periodista sevillano Luis Carlos Peris, nieto e hijo de periodistas, al que bien puede aplicársele la frase de que "de casta le viene al galgo". Todos éstos jóvenes y algunos más, amantes del nuevo juego del foot-ball que importaron los ingleses que trabajaban en las minas de Riotinto cuyos barcos atracaban en el Guadalquivir, estudiaban en la Escuela Politécnica de Sevilla donde la mayoría se preparaban para la carrera militar o la Medicina. De estos primeros tiempos, salvo una fotografía que conserva el hijo de Manuel Ramos Asensio (uno de los fundadores del club) sólo quedaron testimonios orales de los protagonistas de los cuales no subsiste ninguno. En el domicilio de Alfonso y Juan del Castillo Ochoa, sito en 1907 en la calle Alfonso XII, número 29, se diligenció durante los primeros años todo lo relacionado con la nueva Sociedad futbolística, de la que Alfonso fue su primer presidente y Juan el segundo. Éste último recordó en una entrevista concedida al semanario "¡OIGA!" que la cuota acordada fue de un real a la semana para los gastos, y el que no pagaba no jugaba. En su casa, tras la fundación del club, se componían las botas, se guardaban los palos y todo lo concerniente al "foot-ball", En lo referente al escudo, Juan del Castillo señaló que el del España Balompié era circular, con el nombre en su interior y los colores rojigualda de fondo. Dichos colores, al pasar el equipo a denominarse Sevilla Balompié, dieron paso al azul, color de la camiseta mientras que las calzonas eran de color blanco. Un personaje tan importante en la historia del Real Betis Balompié como el egregio periodista Gil Gómez Bajuelo "Discóbolo", que también fue presidente del equipo verdiblanco, ha sido la principal y más fiable fuente para conocer detalles de los comienzos del club. De sus semblanzas históricas, publicadas en el semanario "¡OIGA!" y el diario "ABC", están extraídos los siguientes párrafos: "Tengo ante mí, amorosamente entre las hojas de un libro, como una flor disecada, un "carnet" del "Sevilla Balompié". Es una sencilla cartulina dorada. En la parte superior de la portada exhibe una rama en relieve. Abajo, esta inscripción: "Sevilla Balompié, enero 1908". En su interior, página impar, en caracteres destacados, el título de "Socio activo", una placa y debajo el nombre del socio y su domicilio. En este caso concreto, el de Juan Cascales. Firma como secretario V. Peris -sobrino del ilustre periodista don Vicente Peris Mencheta, fundador de "El Noticiero Sevillano"- y como tesorero, J. Wesolowski, médico y jugador del club, hermano de Edmundo, Pepe y Guillermo, hoy prestigiosos jefes del Ejército, que tuvieron notorio protagonismo en la vida de la Sociedad deportiva que comentamos: " "Tengo también, apergaminado y amarillento, el Reglamento de la Sociedad "Sevilla Balompié". Consta de quince artículos. En uno de ellos, en el octavo, se dice: "Podrán jugar en esta Sociedad todos los extranjeros que lo deseen, en calidad de transeúntes". Y en el último artículo se establece la cuota mensual de una peseta y tres, con cincuenta céntimos, de entrada. En esta copia del Reglamento se inserta la siguiente directiva del club, seguramente la primera: presidente, Alfonso del Castillo Ochoa; vicepresidente, Roberto Vicente; tesorero, Juan del Castillo Ochoa; secretario, Vicente Peris; vicesecretario, Salvador Morales, y vocales José Sequeiro, Jacinto Wesolowski, Gabriel Vadillo, Edmundo Wesolowski y Antonio Gutiérrez. Consignamos estos datos, porque los consideramos curiosos, desconocidos para la gran masa de aficionados, por su rigurosa autenticidad y porque orientan sobre los primeros pasos del que por muchos años habría de ser conocido propiamente como el "Balompié". Nombre que se adoptó siguiendo los consejos del eminente escritor Mariano de Cavia que, en defensa de la pureza del idioma, la emprendió contra la invasión de palabras inglesas que nos acarreaba la práctica del "Foot-ball". Según estos documentos que exhibimos, la Sociedad debió fundarse unos meses antes de 1908, es decir, en el año 1907." En algunas informaciones publicadas sobre la legalización del club se apunta que el hecho corrió a cargo de Manuel Moreno, quien pidió a su padre que le redactara los estatutos del club. Una vez cumplimentada la petición se dirigió al Gobierno Civil donde intentó presentarlos ante la primera autoridad provincial, encontrándose que, por su poca edad, el conserje que atendía la entrada del organismo no le permitía cumplir sus deseos. Tras bastante insistencia, según una versión recogida por "César del Arco" en su libro "Medio siglo de fútbol sevillano", Manuel Moreno fue recibido por el gobernador que al escuchar su petición, el gobernador pronunció la siguiente frase: -¡Ah, sí! Me figuro lo que es; un grupo de locos en "paños menores" dándole patadas a una pelota. Llegado a este punto hay que advertir al lector que pudiera ignorarlo que las primeras fobias despertadas por el que llegaría a convertirse con el paso de los años en el "deporte rey" fue su atuendo, considerado como indecente de acuerdo con la moral de la época. Por ello, no era extraño que, entre otras represalias, los "foot-ballistas" fueran apedreados por los vecinos más intransigentes. Según "Discóbolo", el primer terreno que utilizaron los componentes de Sevilla Balompié para jugar sus partidos fue el Prado de Santa Justa, en el Campo de los Mártires, donde los jóvenes aficionados practicaban el peloteo incansablemente. Este descampado fue usado por los balompedistas durante muy poco tiempo, ya que, llegadas las vacaciones navideñas, los "footballistas" se fueron de vacaciones y no reanudaron la práctica de su entretenimiento preferido hasta que, pasadas las fiestas, volvieron a las aulas y a mantener las reuniones que daban paso a sus partidos de "foot-ball".

Rafael sobis

Rafael sobis uno de los mejores jugadores del realbetis balompie, conn el numero 25
Rafael Augusto Sóbis (nacido el
17 de junio de 1985 en Erechim, Brasil) es un futbolista brasileño que actualmente juega en el Real Betis Balompié como delantero en la primera división española.

Sport Club Internacional

Sóbis empezó su carrera como futbolista con el equipo brasileño Internacional. A la edad de 19, marcó 19 goles en 35 partidos para Internacional, y en la temporada (2006) el Internacional, con la ayuda de Sóbis, quedó en el segundo puesto en la liga brasileña. Al final de la temporada 2006, Sóbis fue elegido por la Confederación Brasileña de Fútbol para jugar en el equipo de los all stars de la liga brasileña.

Después de dificultades médicas al empezar la temporada 2006, Sóbis tuvo un papel muy importante en ganar la Copa libertadores. Sóbis marcó dos goles en el primer partido del final contra São Paulo FC. El día después de ganar la copa, Sóbis se fue para jugar para la selección de fútbol de Brasil en sus partidos frente Argentina y Gales.

Real Betis Balompié

Sóbis se unió con los béticos en agosto del año 2006. Firmó un contrato de ocho años (Denilson, otro verdiblanco brasileño, también firmó un contrato para jugar con el Betis por ocho años cuando empezó con el Betis en 1998). Sóbis debutó con el Real Betis frente al Athletic Bilbao el 10 de septiembre de 2006. El Betis ganó el partido 3-0. Marcó sus primeros dos goles para los béticos en su segundo partido, el derbi entre Betis y Sevilla. A pesar de estos goles, el Betis perdió el partido, 3-2. Su siguiente gol en el Betis lo anotó en la vuelta de 1/16 de Copa del Rey ante el Recreativo de Huelva (2-0)

Selección nacional

Sóbis ha jugado para la selección brasileña dos veces, en partidos amistosos frente Argentina y Gales. Los dos partidos ocurrieron en septiembre de 2006, y en ambos partidos Sóbis fue suplente. Brasil ganó 3-0 frente Argentina en Emirates Stadium de Arsenal, y derrotó a la selección de Gales 2-0 dos días después.